jueves, noviembre 16, 2017

Manipulaciones y errores acerca de la lengua leonesa IV: el falso origen astur de la lengua leonesa

Espublizáu pur Héctor Villazala nel blog: Fontina de Palabras

Se ha especulado acerca del origen de la lengua leonesa, aparte de que es una derivación del latín vulgar al igual que casi todas las demás lenguas peninsulares. Si bien se han intentado aportar diversas explicaciones, en esencia, podemos agruparlas en dos teorías: una primera nos habla de un origen mozárabe, o más exactamente de un romance similar (no igual) en casi toda la península, que con el devenir de los tiempos derivó en los diferentes idiomas, incluyendo el leonés.


La segunda teoría nos señala a los astures y su adaptación del latín vulgar como origen de la lengua leonesa: el latín llegado a estas tierras se fue adaptando y desarrollando de un modo relativamente similar en la península, pero con el tiempo evolucionó a unas variaciones o dialectos motivados por el factor de diferenciación étnica y geográfica, para derivar finalmente en lo que tenemos ahora. Así, por ejemplo, los galaicos desarrollarían el gallego, los jacetanos el aragonés, y los astures el leonés. Tal cuadro se desarrollaría además con una correspondencia geográfica entre la distribución territorial de esas etnias y la presencia de la lengua, añadiendo el factor de la expansión de los reinos para su distribución más al sur en el caso del leonés y aragonés.

Y es la segunda teoría, el origen astur, la que se está explotando desde diversas corrientes que persiguen un objetivo de unidad territorial y política fundamentada en una cultura común. Así se ha venido expresando desde diversos colectivos del asturianismo y referentes de la cultura asturiana, que han empapado a algunos colectivos culturales leoneses. Lo más reciente y publicitado fue el trabajo publicado por Xosé Lluis García Arias, ex presidente de la ALA y catedrático de la Universidad de Oviedo, abogando por algo que denominó "territorio ástur" o "Asturia" fundamentado en una comunión étnica, cultural y lingüística entre Asturias, la provincia de Llión, Zamora (si bien considerada realmente en una parte occidental de la misma) y el distrito de Tras Os Montes en Portugal.

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2016/11/20/asturia-tierras-astures-union-asturias-leon-zamora-miranda-do-douro/00031479637519023400310.htm

Vamos a analizar las justificaciones y hechos filológicos e históricos para comprender que ese origen, desde luego, poco tiene que ver con etnias, sino con un proceso histórico amplio, a veces complejo, en el que intervienen múltiples factores.


1. La romanización

La impronta que dejó Roma en nuestros lares no se limitó a lo lingüístico. Baste ver que fueron capaces de desarrollar desde ciudades hasta un complejo sistema de carreteras y vías que circulaban por todo el territorio, además de un conjunto vastísimo de obras de ingeniería. Aunque los astures fueron el último pueblo conquistado por Roma junto con los cántabros, ello no fue impedimento para su asimilación relativamente rápida y bastante homogénea, como atestiguan las diversas pruebas arqueológicas (monedas, monumentos, lápidas, templos, etc.). Los leoneses disfrutamos de las más importantes ciudades astures (Lancia y Astúrica Augusta), además de campamentos militares claves como Legio VII, Petavonium, etc. con todo lo que de efecto tiene en la población. Las redes de comunicaciones permitieron intercambios comerciales con lugares muy distantes incluso hoy en día, como el sureste francés o Germania. Añadamos que se constató un periodo de ruralización de la población durante el s. III-V que propició la creación de diversos asentamientos rurales e incluso el fortalecimiento de puestos militares en esos entornos (p.ej. Castro Ventosa "Bergidum" se amuralla en el s.IV). Y si todo esto no es suficiente, sumemos una más que notable presencia tanto de ejército en sus primeros tiempos como de colonos, nobles y terratenientes en años posteriores. Con todo, obtenemos como resultado que lo poco que pudo quedar de los astures como entidad, se diluyó ante una cultura muy superior técnica, militar y poblacionalmente, al igual que el resto de pueblos prerromanos.

Yacimiento de Lancia (Llión). Fuente: wikipedia.

La posición del indigenismo echa mano a veces del argumento del celtismo, o más exactamente de la pervivencia de rasgos culturales prerromanos incluso en léxico. Todos esos rasgos, si los desgranamos, veremos que están presentes en casi cualquier lugar de Europa y hasta de Asia. En el léxico es casi imposible aventurarse a afirmar tal herencia, pues hay muchas palabras que sí son prerromanas, pero existentes en la generalidad de la peninsula. No hay una constatación clara y evidente de pervivencia étnica o cultural de lo astur, menos aún en un estado "puro" y sí, en el mejor de los casos, mezclado con romanos (o cualquier otro pueblo), entendiéndose estos como los pobladores del imperio, teniendo en cuenta que el Imperio romano se comprendía de múltiples pueblos, razas y hasta lenguas.


2. correspondencia geográfica

Para los que sostienen esta teoría, la prueba más palpable es la correspondencia casi total entre territorio astur y el diasistema astur-leonés. Aquí hemos de partir de dos hechos muy importantes: el primero es que nadie sabe qué hablaban los astures, se supone una lengua con rasgos similares a otras ibéricas, suposición basada fundamentalmente en la toponimia, los panteones de dioses y algún documento romano. El segundo hecho es que tampoco se tiene una prueba clara y concisa de que los astures conformaran una unidad étnica, menos aún de si ese nombre es propio o si es asignado por los romanos para definir a una tribu o un colectivo de gentes al este del río Esla, primitivamente llamado Astura. Los propios romanos distinguían entre los astures al norte de la Cantábrica (transmontanos) y los astures que vivían en el actual territorio leonés (cismontanos), cosa que por ejemplo no hicieron con los cántabros que también hubo a ambos lados de la cordillera. Hay historiadores que incluso dudan de que algunas míticas tribus o gens astures como la de los zoelas (astures de la moderna Miranda'l Dueru y occidente zamorano) fueran realmente astures, como sostiene J. C. Olivares (Universidad de Alicante). La imprecisión llega al punto de desconocerse la ubicación exacta de lugares clave según la historia romana acera de los astures, como el Mons Medulius, Mons Vindius, incluso si en verdad el yacimiento de Lancia se corresponde a la ubicación en la provincia de Llión o corresponde al Castro de Las Labradas (Zamora) como apunta alguna teoría.



Mapa de distribución de los astures. fuente: wikipedia

Aun admitiendo tal territorio como completamente cierto, no hay una correspondencia biunívoca entre ser astur y tener como lengua la leonesa: Valdeorras (Ourense) con su gens Gigurri, no lo tiene, tampoco el oeste leonés limítrofe con Galicia, muy mezclado con el gallego. Por el este no cuadran algunos territorios fuera de ese marco astur que también tienen la lengua leonesa, léase por ejemplo la montaña oriental leonesa, o por el sur con la mitad inferior del Duero en Zamora o cualquier lugar de la provincia de Salamanca (Llorente Maldonado cita la palabra ñebla y llebri en Canillas, en pleno campo charro).

He tenido el gusto de leer explicaciones que intentan cuadrar este hecho geográfico exponiendo argumentos como una "muy temprana castellanización" del este del Esla incluso en época medieval, así como la apenas presencia del leonés al sur del Duero fundamentada en la apenas presencia de leonés por allí frente a los lugares al occidente del río. Pongo muy en duda tales aseveraciones cuando se comprueba la pervivencia de léxico y expresiones leonesas que han existido por siglos bajo esa castellanización.

3. La "reconquista" y "repoblación"

Según la teoría del origen astur, la presencia del leonés en Salamanca o el este zamorano se debe a la expansión del Reino de León en esos territorios, que fueron llevando la lengua. La circunstancia se vio favorecida por las repoblaciones y las cartas puebla que impulsaban la llegada de población y fijaban así poder al rey leonés en las zonas al sur del Duero, que por entonces se hallaban casi despobladas. De nuevo volvemos a encontrarnos con elementos de discrepancia al respecto:
  • el mítico despoblamiento del sur del Duero nunca fue tal. Había baja densidad poblacional frente a un norte más poblado, pero no desierto. La prueba contraria la tenemos en los abundantes topónimos claramente prerromanos que pervivieron: Alba de Tormes (alba en toponimia puede significar fortificación, sin vínculo con el latín), Barrocal, Las Batuecas, etc.
  • Otro hecho es la toponimia que indica fundación, presencia o importancia de población norteafricana con topónimos como Gajates o Tornadizos.
  • La colección diplomática de Lledesma, de entre los siglos XII al XIII, nos habla de que la cuarta parte de los topónimos son de origen prerromano o romano tardío, de difícil conservación si no existiera población previa para conservarlos.
  • Otro factor interesante a sumar: hay un número considerable de localidades con el gentilicio de sus fundadores. 7 localidades con el nombre de "bercianos", 7 con "gallegos" o "galleguillos", 5 con "castellanos" y 1 con "asturianos", estando este último también presente en Burgos. En ninguno de esos núcleos se aprecia influencia alguna de la lengua de origen de sus pobladores que nos invite a creer en una pervivencia temporal de la misma, y sí en una integración total con respecto al entorno.
  • Ni siquiera la norma cortesana leonesa, la existente para redactar la mayoría de documentación originaria de la sede regia, se impuso en la sociedad como modelo hablado más allá del ámbito histórico de su desarrollo a pesar de su peso político y status social.
En definitiva, no hay una prueba realmente consistente que nos hable de un trasvase de la lengua leonesa.

¿Y la teoría de la lengua mozárabe?

Era la lengua hablada por los cristianos que vivían bajo el gobierno musulmán, manteniendo su idioma frente al árabe del gobierno. Las pruebas de su hablar nos llegaron gracias a las jarchas, textos en su lengua latina junto a poemas en árabe. En el siguiente cuadro, podemos comparar las semejanzas que había entre el mozárabe y el leonés:


Apuntemos estos nombres e intentemos localizarlos en un mapa: Quintaniella de Riofrancos, Piniella de Riodar, Seguiella, Villavayán, Marciella, San Llorente, Castriello. Suenan leoneses, pero se hallan en la actual provincia de Burgos. Su búsqueda efectiva es hoy algo compleja, pues la mayoría han sufrido un proceso de castellanización en sus denominaciones. Así, Quintaniella de Riofrancos se llama ahora Quintanilla de Ríofrancos, o Forniellos se denomina modernamente como Hornillos del Camino. Lo mismo podríamos aplicar a todos estos topónimos palentinos: Coviellas de Cerrato, Seguiella, La Cobiella, Banbiella, Pedrosiella. Todos ellos localizados bastante alejados de la frontera histórica oriental del leonés, quedando fuera de posibles influencias. Muy significativo es el de San Llorente (hoy conocido como San Llorente de la Vega), con una iglesia votiva a San Lorenzo, y que presenta el fenómeno de palatalización de l-, localizado a apenas 60 kilómetros de Burgos.

Vista aérea de San Llorente de la Vega (Burgos). Fuente: google images.

Los defensores de la idea del mozárabe, y no solo para cuando se habla del caso leonés, aducen que primitivamente la península hablaba un idioma más o menos similar, con foco central en Toledo como emisor de un idioma. La entrada de los musulmanes hace que los nobles huyan al norte, tanto a Asturias como al Pirineo aragonés, llevando consigo el idioma, y expandiendo desde esos nuevos focos su lengua que tomó diferentes modalidades con el tiempo y se integró junto con otros fenómenos locales.

Vuelvo a recordar los puntos expuestos sobre la reconquista y las repoblaciones, y el nulo efecto que tuvo una normativa cortesana leonesa en el hablar leonés común. Será únicamente bajo el reinado de Alfonso X cuando se produzca la primera normalización oficial e imposición vía política de una idioma para su uso en toda la corte y reino. Hasta entonces ningún otro monarca, leonés, navarro, aragonés o castellano, lo hizo.

Por todo, la lengua leonesa no es una adaptación particular que hicieron los astures respecto al latín vulgar y sí una suma de múltiples factores históricos así como de relaciones sociales y culturales complejas en los que la adscripción prerromana tiene más bien muy poca participación.

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