A eso se reducen, en última instancia, tanto la polémica de la Llionpedia como muchas otras que se suscitan cada vez que se trata de resaltar cualquier hecho de la historia o de la cultura de este Viejo Reino de León que el próximo 2010 cumplirá 1.100 años.
Lo que molesta, ahora y siempre, es la misma existencia del Reino de León y lo leonés, en general y de la lengua leonesa en particular y, sobre todo, su presencia en Internet a través de la Llionpedia.
Para quien no lo sepa, la Llionpedia es una enciclopedia “en línea” que, a partir del modelo wiki y a iniciativa de
El artículo sobre el Holocausto que hemos podido leer en algún medio de comunicación es manifiestamente mejorable tanto desde el punto de vista literario como de información pero de ahí a ver en él “apología del nazismo” hay un paso que, sinceramente, no siendo juez, no me atrevería a dar.
Sin embargo, con manifiesto desprecio de la presunción de inocencia establecida por la Constitución (Art. 24.2), sin juicio y, por tanto, con patente indefensión, se ha procedido al intento de linchamiento del Concejal de Cultura Llïonesa.
Es éste un ejercicio más propio de la época inquisitorial en la que una simple delación (incluso anónima) servía para torturar, procesar y condenar al reo que, en contra de lo que sucede (o debiera suceder) en un Estado de derecho, como supuestamente es el nuestro, era considerado culpable hasta que demostrara lo contrario.
Pero, además, en este caso se ha dado un paso más, aprovechando esta circunstancia para denostar lo leonés, sea lengua, cultura, identidad o personas relacionadas con su defensa, es decir al leonesismo en general (político, social y/o sentimental) que, no lo olvidemos, según el RAE, es el “amor y apego a las cosas características o típicas de la región leonesa”.
Algo falla cuando el declararse leonés puede ser motivo de insulto y algo huele a podrido en esta tierra cuando una noticia como la apertura del plazo de matrícula de la Escuela del Ayuntamiento de León (puesta en marcha en tiempos en que gobernaba el PP en nuestra ciudad, por lo tanto nada nuevo y en la que se imparten actividades “tan peligrosas y subversivas” como la chifla, la gaita, la indumentaria y la lengua, entre otras) recibe comentarios como el siguiente: “¿Son los mismos que hacen la Llionpedia? Vaya puta vergüenza ser llïonés ¿no?”, para en un posterior comentario llamar a quien firma este escrito “maldita nazi”, con la amenaza de “llamar por e-mail al Mossad”, eso sí, desde el anonimato que Internet facilita.
Dudo mucho que el Mossad se amolde a actuar como si de un grupo terrorista se tratara, como parece insinuar la amenaza con la que tratan de acallar mi voz, pero ésta es solo una muestra de las lindezas que tenemos que oír los defensores de la identidad leonesa. ¿Alguien puede creer que estos ataques y la denuncia que los desencadenó son inocentes?
Llama también la atención la preocupación que el supuesto filonazismo suscita en partidos claramente marginales que, curiosamente, nunca tienen una palabra ni comentario cuando se trata del ninguneo, la tergiversación y la ocultación de la historia de León y, por ende, de la de España.
Personalmente, aprendí en mi casa, en mi cada vez más lejana infancia, los valores de la democracia al mismo tiempo que aprendía a rechazar nazismo, fascismo o comunismo por el carácter totalitario de dichas doctrinas. Dicho esto afirmo que no se puede tomar a la parte por el todo y, aún en el caso de que en la Llionpedia hubiera algún artículo filonazi, ni se puede ni se debe anatematizar a todos los leoneses por ello. Si hay apología del nazismo su autor debe ser condenado y repudiado pero creo sinceramente, y mi defensa de la identidad leonesa avala mi creencia, que cualquiera que intente destruir la cultura y la identidad leonesas merecen también el repudio y la condena de todos los demócratas y gentes de bien
Y en este asunto no deja de producir sonrojo que se aproveche la circunstancia para, por lo menos en algunas instancias, lanzar la frase mágica: “Sois como los vascos, unos separatistas”.
Dejando aparte que entre los vascos, como entre cualquier otro pueblo del mundo, existen personas buenas, malas y regulares, de derechas, de izquierdas y de centro, y en el caso particular vasco, que se sienten vasco-españoles, vasco-franceses o solamente vascos, conviene recordar que ni se puede, ni se debe, confundir Castilla (y mucho menos las seis provincias castellanoviejas que hay en la comunidad) con España, ni la autonomía con la independencia. No obstante, el hecho indiscutible es que volvemos a encontrarnos con el intento de criminalizar a una parte de la población por razón de su opinión y pertenencia a un pueblo, el leonés, al que tratan de negar hasta el derecho a existir, lo que está en flagrante oposición con el artículo 14 de la Constitución.
Recordar, por enésima vez, que la Constitución (Art. 18) garantiza el derecho al honor de todos los españoles y que todos somos iguales ante la ley (Art. 14) por lo que antes de proceder a calumniar, insultar y denigrar a los defensores de la identidad leonesa, sería muy de agradecer que quienes preocupan tanto por el cumplimiento de las leyes, aprendieran a respetar nuestra Carta Magna y con ella nuestros derechos garantizados, al menos sobre el papel, por ella.
Todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario y, no lo olvidemos, NADIE está obligado a probar su inocencia, son quienes le acusan los obligados a demostrar su culpabilidad más allá de toda duda razonable. Eso es lo que distingue un Estado de Derecho de uno totalitario y policial. ¿Es éste último el tipo de Estado en que queremos vivir?
Para finalizar, una pequeña muestra de los derechos que ostentábamos los leoneses hace más de ochocientos años ¿será posible que nueve siglos después estemos menos protegidos que entonces?
Juré también que, por la delación que se me haga de alguien o por mal que se diga de él, nunca le causaré mal o daño en su persona o bienes, hasta citarlo por carta para que responda ante la justicia en mi Curia en la forma que mi Curia mande; y si no se probare, el que hizo la delación sufra la pena sobredicha y pague, además, los gastos que hizo el delatado en ir y volver. (Alfonso IX, Cortes Leonesas de 1188).
8 comentarios:
Gracias Xana, mueitas gracias,de verdá. Comparulu na rede.
Besines, Xeti
Gracias Xana, muetisimas gracias.
Con la Llionpedia la Llingua Llïonesa achegóu al sou zenit de perfeición. Una pena.
Agora que´l fiscal dictóu sentencia, es d´esperare que pidan perdón publicamente. Gracias fondeiras al fiscal pula sua rapidé pa resolvere´l casu purque sinon amás del linchamientu nun sei que pasaría-
Un escritu bonu asgaya de toda una demócrata y llïonesa.
Norabona collacia, d' ún llïonés del sur qu' al empar de tou arguyosu de selu.
PAÍS LLÏONÉS LLIBRE!!
Ánimo y buen temple Alicia.
Sabes que estamos contigo como una piña y de lo que está sucediendo hay que aprender y andar con mucho cuidado.
Ya no van a pasar ni una posibilidad de destruir el renacimiento de "lo leonés", buena prueba de que vamos en la buena dirección.
Lo positivo de todo esto es que demostrado queda que el daño que nos pueden hacer es siempre a base de calumnias y difamaciones. Pocos recursos (aunque muy dañinos) para estos inquisidores de la idiosincracia leonesa.
Xana, en la Llionpedia se insertó material que atenuaba el holocausto nazi. No es delito en el estado español pero no deja de ser filonazi al atenuar esos hechos y ser un texto de un escritor filonazi. Por tanto, al margen de las acusaciones que hace 'ciudadans' que no hacen si llevan el pollo y la rojigualda, sigue siendo lo que es.
Abel Pardo es responsable político de la Llionpedia y de cualquier otro proyecto que lleve su concejalía. Tiene unas responsabilidades políticas. 'Auslli', es el primer administrador de dicha página wikipedia con potestar para mandar modificar los textos de la Llionpedia. Autor de la biografía de Abel Pardo. 'Auslli', fué expulsado de la wikipedia en italiano por duplicidad ya que escribía con otro pseudónimo 'conceyeiru'. Es decir, no es un cualquiera que no tenga que ver con su concejalía.
Muy bien Xana. La libertad de expresión lo primero. Encima ahora resulta que critican a Abel Pardo por no censurar la libertad de expresión. Lo que faltaba.
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